La formación continua de docentes en EPJA desde una perspectiva transformadora

Por Miriam Ferrando y Rafael Andaur, investigadora e investigador del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación.

Es indudable que el mejoramiento de la calidad de los procesos pedagógicos, pasa por el análisis de relevancia y pertinencia de aquello que se enseña y de cómo se enseña; además del sentido que las maestras y maestros le otorgan a su quehacer en las aulas. En los últimos cuatro años, el PIIE ha implementado un programa de formación continua para docentes que trabajan en Educación de Personas Jóvenes y Adultas, EPJA, que apunta precisamente a la reflexión y análisis crítico de la enseñanza que realizan en dicha modalidad, incorporando como factor crítico la pregunta sobre quiénes son los jóvenes y adultos que aprenden y, en consecuencia, cuáles son sus contextos sociales y culturales. Cabe mencionar que el Estado no cuenta hoy con una oferta sistemática de programas de especialización para las y los docentes de EPJA.

La contribución del PIIE se ha cristalizado en el diseño e implementación de cuatro acciones formativas: “Aprendizaje de personas jóvenes y adultas desde una perspectiva socio crítica”, “Estrategias metodológicas y aprendizajes significativos en EPJA”, “Evaluación para los aprendizajes en EPJA” y “Estrategias de Investigación apropiada para EPJA”. En todas ellas se han planteado estrategias metodológicas marcadas por ciertos hitos, como: la problematización de las propias prácticas docentes; el análisis crítico, tanto de las creencias como de los enfoques teóricos subyacentes de tales prácticas; la visualización de opciones de transformación y cambio; el diseño de un plan de trabajo pedagógico como estrategia de innovación para el aprendizaje significativo de las y los estudiantes de la modalidad.

Los procesos pedagógicos diseñados han tenido como foco el análisis crítico en forma y fondo (Edwards, 2005), proponiendo en primera instancia la reflexión sobre su quehacer y sus propios procesos como docentes que enseñan a jóvenes y adultos y respecto de su co-formación como profesores críticos transformativos (Giroux, 2001) junto a otras y otros docentes. Estos procesos han permitido remirar, deconstruir y reconstruir sus prácticas. En segunda instancia, han reflexionado sobre los procesos de aprendizaje de jóvenes y adultos, considerando no solo la adaptación de actividades al contexto de EPJA sino que la fundamentación de sus decisiones didácticas y pedagógicas sobre cómo aprenden los sujetos. Otro de los aspectos abordado, ha sido la didáctica en la EPJA, lo que les ha permitido pensar en el diseño de situaciones inclusivas, en contextos donde la diversidad es una riqueza y la colaboración un modo de aprender que transversaliza contenidos, estrategias, metodologías y formas de evaluación.

Es destacable el nivel de participación de las y los docentes en espacios de reflexión y discusión, facilitándose, de esta forma, la identificación de nudos críticos desde sus experiencias y vivencias. Los docentes han valorado el espacio de co-construcción brindado por el PIIE, no sólo por los insumos teórico-práctico-pedagógicos, tensionados desde una perspectiva crítico-transformadora, sino porque sus aportes y experiencias han sido, también, parte constitutiva de la formación. La interacción de todos y todas ha facilitado el análisis de los contextos institucionales de cada modalidad y de esta manera, se ha evidenciado cómo las condiciones laborales influyen en el desempeño de las y los docentes y en la mejora de los aprendizajes de los/las jóvenes y adultos que asisten a la EPJA. Este espacio les ha permitido transitar desde el lamento, el desánimo y la denuncia, a la esperanza transformadora freiriana.

El dispositivo formativo implementado por el PIIE, que se analiza en esta columna, permite que cada docente construya su experiencia formativa desde las microhistorias personales inscritas en el marco de políticas educativas propias del contexto Bronckart, 2010. Aquello no es menor, puesto que el programa de formación continua se ha realizado con los docentes y no sólo para ellos. Las mediaciones e interacciones con otras/os docentes y con las lecturas y materiales propuestos en esta instancia les ha permitido reflexionar y transformar sus prácticas. Esto confirma que no hay otro modo de formar a profesores en servicio si no es con los docentes en un espacio corporativo y reflexivo.

La Educación de Personas Jóvenes y Adultas requiere un nuevo status en el sistema educacional chileno, debiendo superar la consigna, o lugar común a estas alturas, de ser una segunda oportunidad para quienes no pudieron completar sus estudios oportunamente. En realidad, es la sociedad y el sistema educacional quienes deben darse a sí mismos una nueva oportunidad para transformar la educación de personas jóvenes y adultas en un espacio formativo privilegiado para el desarrollo de los proyectos de vida de sus estudiantes.

Referencias Bibliográficas:
Bronckart, J. P. (2010). Desarrollo del lenguaje y didáctica de las lenguas (2ª ed. en español) Miño y Dávila, Buenos Aires.
Edwards, V. (2005). Las formas del conocimiento en el aula. En Rockwell, La escuela cotidiana. México: FCE.
Giroux, H. (2001). Los profesores como intelectuales transformativos. En Revista Docencia N° 15.

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